La necesidad de saber de dónde venimos y cuál es nuestra historia, con continuidad y manteniendo referencias, es inherente a las personas. Necesitamos comprender la realidad que vivimos. El desarrollo de esta historia depende de cómo unimos acontecimientos en una secuencia y les damos un significado. Solemos contar con una historia dominante y lo que no encaja se desecha y/o se oculta. La historia dominante afecta al presente y al futuro, funcionando como una guía que, cuando se pierde, hace mella en el desarrollo emocional.
Las historias se forman en un contexto afectivo, cultural y social que contribuye a las interpretaciones y al significado que les damos.
En el caso de las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad social, que han vivido separaciones y rupturas, o que han tenido vivencias negativas o traumáticas en su historia personal, puede que en esta construcción, se encuentren espacios en blanco y “agujeros” o “lagunas” que requieren ser completados. Las personas necesitamos poder afrontar y abordar los hechos y recuerdos reales, conocer los motivos y poder dar una explicación resiliente a lo que nos ha sucedido. Confrontarse conlleva dolor, temores y decepciones, pero ayuda a reconciliarse con la propia historia y con nosotras mismas.
El trabajo sobre historia de vida facilita el trabajo en torno a la construcción de la identidad y la historia personal.
Así, esta formación va encaminada a intervenir con las personas adultas, para un abordaje reparador de su historia de vida, atendiendo a sus necesidades y a las dificultades vividas a través de material y metodología específica, que ayude a amortiguar el daño y a resignificar la propia historia de manera que les permita proyectarse en positivo hacia el futuro.
Por ello aquí se pretende proporcionar a los equipos profesionales que trabajan con estas personas, herramientas específicas que las ayuden en este proceso.
- Modalidad: Presencial, online y videoconferencia.
- Horas: 25
